Aunque en la mayoría de sus retratos Simón Bolívar se ve empuñando su espada, un par de pistolas que se subastaron este miércoles en la casa Christie’s en Nueva York podría terminar convirtiéndose en una de las herencias fundamentales del El Libertador.
No sólo por razones económicas -el valor de la puja alcanzó US$1,8 millones-, sino porque la historia que rodea a estos artefactos conecta a tres héroes independentistas.
El comandante del Ejército Continental de la Guerra de Independencia de EE.UU. (1775-1783) y primer presidente de EE.UU., George Washington.
El aristócrata francés y precoz héroe de la Revolución Francesa y la independencia estadounidense, el Marqués de Lafayette.
Simón Bolívar, que lideró la independencia de lo que hoy son seis naciones: Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Panamá y Bolivia.”Estas pistolas nos conectan directamente con estos personajes, que en realidad cambiaron el mundo”, le dice a BBC Mundo la especialista senior de Christie’s, Becky MacGuire.
No en vano las pistolas fueron incluidas en la llamada “Venta Excepcional” que realiza la casa de subastas cada año en Nueva York y Londres con los objetos de arte decorativo más codiciados y curiosos del planeta.
Y aunque Washington, Lafayette y Bolívar pertenecen a generaciones distintas, las pistolas cruzan sus vidas de manera extraordinaria.
El primer propietario de las armas parece ser el marqués de Lafayette, cuyo nombre de pila era Marie Paul Joseph Gilbert Motier.
“Fueron fabricadas por el prestigioso armero de Napoleón Bonaparte, Nicolas-Noël Boutet, en Versalles (Francia), en 1825, el mismo año en que Lafayette regresó a EE.UU, tres décadas después de haber luchado en la Guerra de Independencia estadounidense”, indica MacGuire.
“Incluir las pistolas dentro del regalo fue un gesto del revolucionario Lafayette con Bolívar, que estaba en la cima de sus triunfos”, afirma.
Y aunque Bolívar y Lafayette nunca se conocieron cara a cara, registros indican que intercambiaban correspondencia frecuentemente en la que se manifestaban respeto y admiración mutua.
Además de la fascinante historia “revolucionaria” de las dos pistolas, no se puede ser indiferente ante el detallado trabajo que tiene cada una.Son dos armas revestidas de madera, con relieves y monturas de plata y oro, y grabados de escenas de la mitología griega, que incluye personajes como Heracles y Medusa.
“Son unas piezas de arte preciosas. La plata, el oro, los grabados… Era lo más refinado que se podía producir durante su época”, asegura MacGuire.
“Boutet tuvo acceso a artesanos increíbles porque los talleres reales habían roto relaciones con la revolución. Alcanzó a tener a cientos trabajando para él, fabricando lo más fino que había disponible en el momento”.
“Estas pistolas son tesoros que vemos muy rara vez en Christie’s”.
Bolívar, quien no tuvo hijos, le heredó las pistolas junto con su casa, la Quinta de Bolívar, a uno de sus allegados en Colombia, José Ignacio París.París le dejó las pistolas a su hijo Enrique, quien las vendió en 1851 a otro hombre, Enrique Grice.
Después de Grice, las pistolas pasaron por las manos de dos importantes colecciones históricas de armas de fuego estadounidenses y fueron exhibidas en museos en el país y en Europa. Hasta que fueron vendidas en 1973 en una serie de subastas en Londres de la extensa colección de William G. Renwick.
“Tomó ocho subastas vender todas las armas que formaban parte de la colección, que venía de todas partes del mundo”, afirma MacGuire.Al preguntarle dónde estuvieron durante este tiempo, MacGuire responde que Christie’s lo sabe, pero que es una información anónima.Con la misma discreción me contesta sobre posibles oferentes latinoamericanos este miércoles: “No sabemos qué esperar en la subasta, la gente es extremadamente privada”.
Y al preguntarle en específico si el gobierno de Venezuela ha mostrado interés en las pistolas -ya adquirió en el pasado algunas de las pocas posesiones que dejó el Libertador, además de haber recibido en donación otro par de pistolas de menor valor y elaboración subastadas por Christie’s en 2004- McGuire responde enfáticamente: “Si lo supiéramos no te lo podríamos decir”.
Y aclara que ése sería un “resultado muy feliz para Christie’s, que las pistolas terminaran en uno de los países que Bolívar independizó”.
Al ser vendidas este miércoles por algo más de US$1,8 millones, las pistolas de Bolívar no superaron el récord de US$1,9 millones por el que se subastaron otras armas de George Washington en 2002.